LA AUTOESTIMA
INTRODUCCIÓN.
Muchas personas afirman que tienen
tantos “problemas” que
no pueden salir adelante y lograr colocar sus vidas al nivel en el que desearían
tenerla. Es cierto que no todos cuentan con las mismas oportunidades, el mismo
nivel de Autoestima,
la misma preparación intelectual ni la misma base económica.
Sin embargo es factible persuadir
que se tiende a engrandecer las dificultades, a convertirlas en nuestros
verdugos y a disminuir y subestimar nuestra capacidad para resolverlas y
avanzar creativamente.
En este documento trataremos de
profundizar un poco más el interior de lo que engloba la palabra
"AUTOESTIMA" para una mejor comprensión de su significado, ya que es
un tema del que tanto se dice y tan poco se comprende. Para ello se citara
su concepto desde
distintos tipos de vista, cómo se forma, la vida con y sin ella, porqué se
necesita, algunos comportamientos dependiendo del nivel de Autoestima poseído,
cómo incide sobre las relaciones sociales y sobre el trabajo y
su relación con la sociedad.
No existe un concepto único sobre
Autoestima, más bien hay diferentes formas de entender lo que significa. Como
todo, el significado de Autoestima puede entenderse a partir de varios niveles,
el energético y el psicológico.
Desde el punto de vista energético, se entiende que:
Autoestima es la fuerza innata
que impulsa al organismo hacia la vida, hacia la ejecución armónica de todas
sus funciones y
hacia su desarrollo;
que le dota de organización y
direccionalidad en todas sus funciones y procesos,
ya sean éstos cognitivos, emocionales o motores.
De aquí se desprende:
- Existe una fuerza primaria que nos impulsa hacia la vida.
- Esa fuerza posibilita la realización de las funciones orgánicas armónicamente.
- Esa fuerza nos permite desarrollarnos.
- Esa fuerza nos permite tener una organización, una estructura.
- Esa fuerza es responsable de nuestros procesos de funcionamiento, y tiene que ver con nuestros pensamientos, nuestros estados emocionales y nuestros actos.
Desde el punto de vista psicológico, puede decirse
que:
Autoestima es la capacidad
desarrollable de experimentar la existencia, conscientes de nuestro potencial y
nuestras necesidades reales; de amarnos incondicionalmente y confiar en
nosotros para lograr objetivos,
independientemente de las limitaciones que podamos tener o de las
circunstancias externas generadas por los distintos contextos en los que nos
corresponda interactuar.
De aquí se desprende lo siguiente:
- La Autoestima es una disposición, un contenido,
un recurso natural en el ser humano.
- La Autoestima es desarrollable.
- La Autoestima sólo existe relacionada con la
experiencia de la vida.
- La Autoestima está relacionada con el hecho de
estar conscientes de nuestras potencialidades y necesidades.
- La Autoestima está relacionada con la confianza
en uno mismo.
- Existen necesidades reales y otras que no lo son
aunque a veces así lo pensemos.
- La Autoestima está relacionada con el amor incondicional
hacia uno mismo.
- La Autoestima orienta la acción hacia
el logro de los objetivos y el bienestar general.
- Podemos tener limitaciones y a pesar de ello
tener Autoestima.
- Los eventos externos,
las contingencias, no necesariamente deben afectar nuestra Autoestima., al
menos no de manera estable o permanente.
- Otros conceptos de Autoestima, relacionados de
alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:
- Es el juicio que hago de mi mismo.
- La sensación de que encajo y de que tengo mucho
por dar y recibir.
- La convicción de que con lo que soy basta para
funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi vida, sino
reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego integrarlos.
- La reputación que tengo ante mí mismo.
- Es una manera de vivir orientada hacia el
bienestar, el equilibrio,
la salud y
el respeto por
mis particularidades.
Para efectos de facilitar la
comprensión de todo lo expresado anteriormente, asumiremos que la Autoestima es
siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo vemos con
cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o
estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que
nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando sólo
podemos amarnos a nosotros mismos. Por eso utilizaremos expresiones como
aumentar, elevar o desarrollar la Autoestima, para aludir al hecho de que
alguien pueda mejorar en los aspectos citados.
De manera que sí es posible una
potenciación de este recurso de conocimiento,
aceptación y valoración de uno mismo.
Cuando nos referimos a personas o
situaciones de poco amor o
respeto hacia nosotros mismos, utilizaremos los términos
"DESVALORIZACIÓN" o "DESESTIMA", como palabras que se
refieren a una manera inconsciente de vivir que niega, ignora o desconoce
nuestros dones, recursos,
potencialidades y alternativas.
También es conveniente aclarar, que
podemos tener comportamientos de baja Autoestima, en algún momento, aunque
nuestra tendencia sea vivir conscientes, siendo quienes somos, amándonos y
respetándonos. Puede también suceder lo contrario: vivir una vida sin rumbo,
tendente a la Autodestrucción y a la inconsciencia, pero podemos experimentar
momentos de encuentro con nuestra verdadera esencia. Fragmentos de tiempo de
inconsciencia y desconfianza en uno, no son igual que una vida inconsciente
regida por el miedo como emoción fundamental. Lo uno es actitud pasajera,
lo otro es forma de vida. Hay que distinguir.
Desde el momento mismo en que somos
concebidos, cuando el vínculo entre nuestros padres se consuma y las células sexuales
masculina y femenina se funden para originarnos, ya comienza la carga de
mensajes que recibimos, primero de manera energética y luego psicológica.
Debido a que los pensamientos
y emociones son
manifestaciones de energía y en el organismo se presentan en forma de
reacciones eléctricas y químicas, cada vez que una mujer embarazada
piensa o siente algo con respecto al niño en formación, su cerebro produce
una serie de químicos que se esparcen por todo su cuerpo y que la criatura
recibe y graba en su naciente sistema
nervioso, sin tener la suficiente consciencia como para comprender o
rechazar lo que recibe a través de un lenguaje químico
intraorgánico.
El hecho de que alguno de los
progenitores, por ejemplo, asuma como un problema la llegada del niño, es
captado por éste emocionalmente, y su efecto formará parte del archivo inconsciente
del pequeño y tendrá repercusiones más adelante, cuando reaccione de diferentes
formas y no logre comprender las causas generadoras de sus conflictos.
Igualmente, cuando ya se ha producido el alumbramiento, todo estímulo externo
influirá en el recién nacido y le irá creando una impresión emocional que
influirá sus comportamientos futuros. Los padres y otras figuras de autoridad,
serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima del niño, quien
dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que piensan de
él y se asumirá como un ser apto, sano, atractivo, inteligente, valioso, capaz,
digno, respetado, amado y apoyado o, por el contrario, como alguien enfermo,
feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno, irrespetado, odiado y
abandonado. La forma como nos tratan define la forma como nos trataremos,
porque esa es la que consideraremos como la más normal.
Con la llegada de la pubertad y
la adolescencia,
se da la bienvenida a la sexualidad y
a la necesidad del joven de encontrarse a sí mismo. Se inicia la llamada
"brecha generacional" y el tránsito hacia una mayor definición de
la personalidad.
Esta etapa es crucial ya que en ella surgen con fuerza la competencia y
el deseo de ser mejor que los demás. El joven experimenta una gran necesidad de
aprobación por parte de su grupo cercano
y aprende a dirigirse hacia quienes lo aplauden y a huir de quienes lo pitan.
Desarrolla, con tal de ser querido, conductas muy específicas que se
generalizarán hacia la vida adulta.
El ingreso al mundo laboral complica
el asunto de la formación y manifestación de la Autoestima, ya que en ese
contexto se nos mide por lo que hacemos y no por lo que somos. Si produces, te
quedas y si no te vas. Esa es la medida cuando de dinero se
trata.
Finalmente en la pareja y el matrimonio se
expresa mucho de lo aprendido en los años precedentes: grabaciones,
condicionamientos, tradiciones; lo que fue vertido en el molde durante muchos
años y que hemos llegado a creer que somos. En este tiempo, formamos parte de
una sociedad uniformada en la que muchos han renunciado a expresar su
originalidad y tienen ideas fijas de las cosas, que casi siempre siguen aunque
no les funcionen. La inconsciencia y falta de comprensión de lo que ocurre,
induce a culpar, a resentir, a atacar, a agredir a los demás, a quienes se ve "como
malos que no nos comprenden".
Para entonces, ya hemos construido
una imagen de
nosotros (autoimagen), puesto que habremos aprendido una forma de funcionar, y
llevamos como marca en la piel de
vaca, el sello de lo que creemos que podemos o no ser, hacer y tener.
Es pertinente definir un término al
que ya nos hemos referido sin darle nombre: LOS MAPAS. La Autoestima, como lo
hemos visto, obedece a un conjunto de programaciones que define la forma como
el individuo funcionará
y procesará sus experiencias, los mapas son informaciones codificadas,
obtenidas de nuestros padres, maestros, personas importantes más cercanas, que
hemos ido guardando desde que nacemos. Experiencias del ayer que quedaron
codificadas, ancladas en el sistema nervioso
central o periférico.
Incluyen todo lo vivido,
experienciado, lo aprendido, lo informado.
Si nos preguntamos cuándo nuestro
mapa mental es adecuado o positivo, podemos encontrar la respuesta en las
palabras del famoso terapeuta Fritz Perls: "Un mapa adecuado es aquel que
representa la realidad tan fielmente como sea posible en un momento
determinado". En líneas generales, cada quien percibe la realidad (su
realidad) de acuerdo con sus mapas personales.
La vida humana es el transcurrir de
experiencias y eventos con los que entramos en contacto; un transcurrir en
ritmos y fluctuaciones; un ir y venir de flujos y reflujos. En este devenir,
podemos llegar a vivir momentos altos y momentos bajos.
La relación social, generalmente
signada por cambios rápidos y frecuentes, y por una elevada competitividad,
nos obliga a permanentes readaptaciones. En ciertas circunstancias, nuestro
sentido de valor personal y
de confianza en las propias capacidades puede verse afectados y hacernos creer
que vivimos a merced de las contingencias. En esos momentos la confusión, la
impotencia y la frustración producidas por el no logro, nos lleva a dudar de
nuestro poder creador,
de la capacidad natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por
crear y a veces sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar
generado por la Autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional
y la confianza en uno mismo. Los seres humanos, somos "la única especie
capaz de traicionar y actuar contra nuestros medios de
supervivencia". En estado de
desequilibrio, se opta por manejarse de formas diversas aunque nocivas y
elige, generalmente, los siguientes caminos:
PARÁLISIS.
La frustración es interpretada de
forma tal que incapacita para la acción creativa. La apatía es una forma de
manifestación de esta reacción.
NEGACIÓN.
La impotencia induce un bloqueo
perceptivo, un autoengaño severo basado en el miedo al dolor. El adicto que
asegura no tener adicción, es una muestra de
este mecanismo.
EVASIÓN.
Aquí la estrategia es
hacer todo lo que nos impida ver la situación a la cara. Se conoce su presencia
pero se teme enfrentarla y se pospone. La diversión compulsiva es una forma de
evasión bastante común.
ENFERMEDAD.
Aunque cualquiera de las
manifestaciones anteriores conduce, si se prolongan, a estados de desequilibrio
orgánico, en ocasiones se toma el camino corto y la reacción a la frustración
es violenta, y se manifiesta en forma de enfermedad.
Todos estos modos de reacción, de
manejo inadecuado de la energía interior, reflejan ausencia de Autoestima,
de conciencia de
la capacidad para responder creativamente a las circunstancias. Es por eso, por
la tendencia creciente que exhibe el humano de hoy a la autodestrucción, por lo
que necesitamos un recurso protector que nos guíe hasta nuestro poder personal,
hacia el restablecimiento del ritmo, del equilibrio, de la conciencia, de la integración.
Ese recurso es la Autoestima, con él nacemos pero debemos reencontrarlo.
Es factible para el observador
atento o entrenado, detectar los niveles de Autoestima o Desestima en las
personas, ya que su manifestación se extiende a pensamientos, palabras, estados
emocionales, hábitos y otras maneras de experiencias. La manera como vive un
ser autoestimado es bastante diferente de la forma como funciona un
desestimado.
Algunos comportamientos
característicos de las personas desestimadas son:
INCONSCIENCIA.
Ignora quien es y el potencial que
posee; funciona automáticamente y depende de las circunstancias, eventualidades
y contingencias; desconoce sus verdaderas necesidades y por eso toma la vida
con indiferencia o se dedica a hacer mil cosas que no le satisfacen; ignora las
motivaciones, creencias, criterios y valores que
le hacen funcionar. Muchas áreas de su vida reflejan el caos que se desprende
del hecho de no conocerse. Parte de ese caos, generalmente autoinducido, se
observa en conductas autodestructivas de distinta índole. El desestimado vive
desfasado en el universo temporal;
tiene preferencia por el futuro o el pasado y le cuesta vivir la experiencia
del hoy: se distrae con facilidad. Pensar y hablar de eventos pasados o soñar con
el futuro, son conductas típicas del ser que vive en baja Autoestima.
DESCONFIANZA.
El desestimado no confía en sí
mismo, teme enfrentar las situaciones de la vida y se siente incapaz de abordar
exitosamente los retos cotidianos; se percibe incompleto y vacío; carece
de control sobre
su vida y opta por inhibirse y esperar un mejor momento que casi nunca llega.
Tiende a ocultar sus limitaciones tras una "careta", pues al no
aceptarse, teme no ser aceptado. Eso lo lleva a desconfiar de todos y a usar su
energía para defenderse de los demás, a quienes percibe como seres malos y
peligrosos; siempre necesita estar seguro y
le es fácil encontrar excusas para no moverse. La vida, desde aquí, parece una
lucha llena de injusticia.
IRRESPONSABILIDAD.
Niega o evade sus dificultades,
problemas o conflictos. Culpa a los demás por lo que sucede y opta por no ver, ni
oír o entender todo aquello que le conduzca hacia su responsabilidad.
Sus expresiones favoritas son: "Si yo tuviera", "Si me hubieran
dado", "Ojalá algún día", y otras similares que utiliza como
recurso para no aclarar su panorama y tomar decisiones de cambio.
En su irresponsabilidad, el
desestimado acude fácilmente a la mentira.
Se miente a sí mismo, se autoengaña y engaña a los demás. Esto lo hace para no
asumir desde la consciencia adulta las consecuencias de sus actos, de su interacción con
el mundo. Ninguna cantidad de nubes puede tapar por mucho tiempo el sol.
INCOHERENCIA.
El desestimado dice una cosa y hace
otra. Asegura querer cambiar pero se aferra a sus tradiciones y creencias
antiguas aunque no le estén funcionando. Vive en el sueño de un futuro mejor
pero hace poco o nada para ayudar a su cristalización. Critica pero no se
autocrítica, habla de amor pero no ama, quiere aprender pero no estudia, se
queja pero no actúa en concordancia con lo que dice anhelar. Su espejo no lo
refleja.
INEXPRESIVIDAD.
Por lo general reprime sus
sentimientos y éstos se revierten en forma de resentimientos y enfermedad.
Carece de maneras y estilos expresivos acordes con el ambiente,
porque no se lo enseñaron o porque se negó a aprenderlos. En cuanto a la expresión
de su creatividad,
la bloquea y se ciñe a la rutina y paga por ello el precio del
aburrimiento.
IRRACIONALIDAD.
Se niega a pensar. Vive de las
creencias aprendidas y nunca las cuestiona. Generaliza y todo lo encierra en
estereotipos, repetidos cíclica y sordamente. Pasa la mayor parte de su tiempo
haciendo predicciones y pocas veces usa la razón. Asume las cosas sin buscar
otras versiones ni ver otros ángulos. Todo lo usa para tener razón aunque se
destruya y destruya a otros.
INARMONÍA.
El desestimado tiende al conflicto y
se acostumbra a éste fácilmente. Se torna agresivo e irracional ante la crítica,
aunque con frecuencia critique y participe en coros de chismes. En sus
relaciones necesita controlar a los demás para que le complazcan, por lo que
aprende diversas formas de manipulación. Denigra del prójimo, agrede, acusa y
se vale del miedo, la culpa o la mentira para hacer que los demás le
presten atención.
Cuando no tiene problemas se los inventa porque necesita del conflicto. En
estado de paz se siente extraño y requiere de estímulos fuertes generalmente
negativos. En lo interno, esa inarmonía se evidencia en estados ansiosos, que
desembocan en adicciones y
otras enfermedades.
Para el desestimado, la soledad es
intolerable ya que no puede soportar el peso aturdidor de su consciencia.
DISPERSIÓN.
Su vida no tiene rumbo; carece de un
propósito definido.
No planifica, vive al día esperando
lo que venga, desde una fe inactiva o una actitud desalentada y apática. Se
recuesta en excusas y clichés para respaldar su permanente improvisación.
DEPENDENCIA.
El desestimado necesita consultar
sus decisiones con otros porque no escucha ni confía en sus mensajes
interiores, en su intuición, en lo que el cuerpo o su verdad profunda le
gritan.
Asume como propios los deseos de los
demás, y hace cosas que no quiere para luego quejarse y resentirlas. Actúa para
complacer y ganar amor a través de esa nefasta fórmula de negación de sí mismo,
de autosacrificio inconsciente de sus propias motivaciones. Su falta de
autonomía, la renuncia a sus propios juicios hace que al final termine
culpándose, autoincriminándose, resintiendo a los demás y enfermándose como
forma de ejecutar el autocastigo de quien sabe que no está viviendo
satisfactoriamente. La dependencia es el signo más característico de la
inmadurez psicológica, que lleva a una persona,
tal como dice Fritz Perls, a no pararse sobre sus propios pies y vivir
plenamente su vida.
INCONSTANCIA.
Desde el miedo, una de las emociones
típicas del desestimado, las situaciones se perciben deformadas y el futuro
puede parecer peligroso o incierto. La falta de confianza en las propias
capacidades hace que aquello que se inicia no se concrete. Ya sea aferrándose a
excusas o asumiendo su falta de vigor, el desestimado tiene dificultad para
iniciar, para continuar y para terminar cualquier cosa. Puede que inicie y
avance en ocasiones, pero frente a situaciones que retan su confianza,
abandonará el camino y buscará otra senda menos atemorizante. La inconstancia,
la falta de continuidad, señala poca tolerancia a
la frustración.
RIGIDEZ.
La persona desvalorizada lucha
porque el mundo se comporte como ella quiere. Desea que donde hay calor haya
frío, que la vejez no
exista y que todo sea lindo. Le cuesta comprender que vivimos interactuando en
varios contextos con gente diferente a nosotros en muchos aspectos, y que la
verdad no está en mí o en ti, sino en "nosotros" intermedio que requiere a
veces "estirarse". Sufrir porque está lloviendo, negarnos a entender
que una relación ha finalizado, empeñarnos en tener razón aunque destruyamos
vínculos importantes, demuestra incapacidad para abandonar posturas rígidas que
nos guían por la senda del conflicto permanente. Eso es no quererse, eso es
Desestima.
En general, el desvalorizado es un
ser que no se conoce, que no se acepta y que no se valora; que se engaña y se
autosabotea porque ha perdido el contacto consigo mismo, con su interioridad, y
se ha desbocado hacia el mundo con el afán de ganar placer, prestigio y poder,
es decir, de obtener a cualquier precio la aprobación de los demás, como un
niño que requiere el abrazo materno para sobrevivir. El desestimado no se
percata fácilmente de que ha roto el equilibrio que necesita para vivir paz y
disfrutar de la vida, que como un don especial le ha sido.
Además de los mencionados
anteriormente, existen otros comportamientos que reflejan desamor e irrespeto
por nosotros, y como consecuencia de eso, por los demás. Sin que deban ser
tomados como algo inmutable y absoluto, algunos de los más frecuentes son:
·
Mentir
·
Llegar tarde
·
Necesitar
destacar
·
Irrespetar a
las personas
·
Preocuparse
por el futuro
·
Actuar con
indiferencia
·
Creerse
superior
·
Descuidar el
cuerpo
·
Negarse a
ver otros puntos de vista
·
Negarse a la
intimidad emocional
·
Vivir
aburrido, resentido o asustado
·
Desconocer,
negar o inhibir los talentos
·
Vivir de
manera ansiosa y desenfrenada
·
Descuidar la
imagen u obsesionarse con ella
·
Desarrollar
enfermedades psicosomáticas
·
Seguir la moda y
sufrir si no estamos "al día"
·
La
maternidad y paternidad irresponsables
·
Improvisar
la vida, pudiendo planificarla
·
Descuidar la
salud como si no fuera importante
·
Negarse a aprender
·
Idolatrar a
otras personas
·
Asumir como
estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia y la culpa
·
Tener y
conservar cualquier adicción (Cigarrillo, licor, comida, sexo,
etc.)
·
Anclarse en
lo tradicional como excusa para evitar arriesgarse a cosas nuevas
·
Negarse a la
sexualidad(salvo casos especiales vinculados al celibato espiritual)
·
Incapacidad
para manejar los momentos de soledad
·
Quejarse
·
Perder el
tiempo en acciones que
no nos benefician
·
Manipular a
los demás
·
Culparse por
el pasado
·
Actuar
agresivamente
·
Autodescalificarse
·
Discriminar
y burlarse de los demás
·
Sentirse
atrapado y sin alternativas
·
Preocuparse
porque otro destaque(Envidia)
·
Actuar
tímidamente
·
Dar
compulsivamente para ganar aprobación
·
Invadir el
espacio de otros sin autorización
·
Depender de
otros pudiendo ser independientes
·
Celar de
manera desmedida a amigos o a la pareja
·
Compulsión
por obtener títulos académicos y dinero
·
Irrespetar a
las personas
·
Incapacidad
para expresar los sentimientos y emociones
·
Maltratar a
los hijos en vez de optar por comunicarnos
·
Denigrar de
uno mismo y de los demás de manera frecuente
·
Sostener relaciones
con personas conflictivas que te humillen y maltraten
·
Las cosas
van a salir bien
·
Confío en mi
mismo
·
Siempre hay
una forma de lograr lo que quiero
·
Hoy es un
día maravilloso
·
Soy una
persona valiosa
·
Merezco dar
y recibir amor
·
Me gusta mi
vida
·
Trabajar es
algo agradable
·
Soy
inteligente
·
La comida me
cae bien
·
Esta noche
voy a dormir muy bien
·
Todo lo que
pasa tiene una razón de ser y siempre deja algo positivo
·
No hay mal
que por bien no venga
·
La vida es
maravillosa
·
No existen
problemas sino oportunidades de aprender
·
Cada quien
tiene derecho a su propia
·
Soy un ser
espiritual, y transciendo mis limitaciones físicas
·
Tengo el
poder de sentirme bien
·
Puedo hacer
que mi cuerpo me obedezca
·
Mi fe es
firme y crece cada día más
·
La gente es
buena aunque a veces actúe desde la rabia o el miedo
·
Puedo
encontrar una pareja adecuada para mí
·
El pasado no
dirige ni mi presente ni mi futuro
·
Preocuparme
no me ayuda. Lo adecuado es actuar creativamente
·
Sé que puedo
desarrollar cualquier cualidad si lo decido
·
Detrás de
cada aparente pérdida viene una ganancia
·
Perdonar es
importante y liberador
·
Mi tiempo es
valioso y sé administrarlo
·
Tengo
atractivo
·
Voy a ganar
dinero suficiente
·
Le agrado a
la gente
Cuando la vida se vive desde la Autoestima
todo es diferente. Las cosas cambian de color ,
sabor y signo, ya que nos conectamos con nosotros y con el mundo, desde una
perspectiva más amplia, integral, equilibrada, consciente y productiva.
La caracterología que ofrece una
persona con una Autoestima desarrollada, es más o menos la siguiente:
CONSCIENCIA.
El autoestimado es la persona que
todos podemos ser. Alguien que se ocupa de conocerse y saber cuál es su papel
en el mundo. Su característica esencial es la consciencia que tiene de sí, de
sus capacidades y potencialidades así como de sus limitaciones, las cuales
tiende a aceptar sin negarlas, aunque o se concentra en ellas, salvo para
buscar salidas más favorables. Como se conoce y se valora, trabaja en el
cuidado de su cuerpo y vigila sus hábitos para evitar que aquellos que le
perjudican puedan perpetuarse. Filtra sus pensamientos enfatizando los
positivos, procura estar emocionalmente arriba, en la alegría y el entusiasmo,
y cuando las situaciones le llevan a sentirse rabioso o triste expresa esos
estados de la mejor manera posible sin esconderlos neuróticamente.
En el autoestimado el énfasis está
puesto en darse cuenta de lo que piensa, siente, dice o hace, para adecuar sus
manifestaciones a una forma de vivir que le beneficie y le beneficie a quienes
le rodean, en vez de repetir como robot lo que aprendió en su ayer cuando era
niño o adolescente. Esa consciencia de la autoestima, hace que el individuo se
cuide, se preserve y no actúe hacía la autodestrucción física, mental, moral o
de cualquier tipo. La gratitud es norma en la vida de quien se aprecia y se
sabe bendito por los dones naturales que posee.
CONFIANZA.
Autoestima es también confianza en
uno mismo en las fuerzas positivas con las que se cuenta para abordar el día a
día. Esta confianza es la guía para el riesgo,
para probar nuevos caminos y posibilidades; para ver alternativas en las
circunstancias en que la mayoría no ve salida alguna; para usar la inteligencia y
seguir adelante aunque no se tengan todas las respuestas. Esta es la
característica que hace que el ser se exprese en terrenos desconocidos con fe y
disposición de éxito.
Cuando se confía en lo que se es, no se necesitan justificaciones ni
explicaciones para poder ser aceptado. Cuando surgen las diferencias de
opinión, confiar en uno hace que las críticas se acepten y se les utilice para
el crecimiento.
RESPONSABILIDAD.
El que vive desde una Autoestima
fortalecida asume responsabilidad por su vida, sus actos y las consecuencias
que éstos pueden generar. No busca culpables sino soluciones.
Los problemas los convierte en un "cómo", y en vez de compadecerse
por no lograr lo que quiere, el autoestimado se planteará las posibles formas
de obtenerlos. Responsabilidad es responder ante alguien, y ese alguien es, él
mismo o Dios en caso de que su visión de la vida sea espiritual. Toma como
regalo el poder influir en su destino y trabaja en ello. Quien vive en este
estado no deja las cosas al azar, sino que promueve los resultados deseados y
acepta de la mejor forma posible lo que suceda.
COHERENCIA.
La Autoestima nos hace vivir de
manera coherente y nos impulsa a realizar e esfuerzo necesario para que
nuestras palabras y actos tengan un mismo sentido. Aunque el autoestimado guste
de hablar, sus actos hablarán por él tanto o más que sus palabras. No quiere
traicionarse y se esmera en combatir y vencer sus contradicciones internas.
EXPRESIVIDAD.
Los que viven confiado en su poder,
aman la vida y lo demuestran en cada acto. No temen liberar su poder aunque
puedan valorar la prudencia y respetar las reglas de cada contexto. Mostrar
afecto, decir "te quiero", halagar y tocar físicamente, son
comportamientos naturales en quienes se estiman, ya que disfrutan de sí mismos
y de su relación con las personas. La forma de vincularse es bastante libre y
sin l típica cadena de prejuicios que atan culturalmente al desvalorizad. En
esa expresividad, es seguro observar límites,
ya que para expresarse no hay que invadir ni anular a nadie. La expresividad
del autoestimado es consciente y natural, no inconsciente ni prefabricada.
RACIONALIDAD.
En el terreno de la Autoestima se
acepta lo espontáneo aunque el capricho es indeseable. La vida es vista como
una oportunidad lo bastante especial como para no dejarla en manos de la
suerte. De esta visión se deriva un respeto por la razón, el conocimiento y la
certeza. Quien anda de manos del amor propio, no juega consigo y por eso valora
el tiempo como recurso no renovable que es. Quien se respeta busca, sin
compulsiones, alcanzar un mínimo control de su existencia y para eso usa su
inteligencia y capacidad de discernimiento, confiando en lograr sus objetivos
al menor costo.
He allí la consciencia de efectividad de la Autoestima.
ARMONÍA.
Autoestima es sí misma armonía,
equilibrio, balance, ritmo y fluidez. Cuando existe valoración personal,
también se valora a los demás, lo que favorece relaciones sanas y plenas
medidas por la honestidad,
la ausencia de conflicto y la aceptación de las diferencias individuales. Por
ser la paz interna la máxima conquista de
la Autoestima, quienes están por ese camino hacen lo posible por armonizar y
aminorar cualquier indicador de conflicto. Esta armonía interior ahuyenta la
ansiedad y hace tolerable la soledad, vista a partir de un estado armónico de
vida como un espacio de crecimiento interior, encuentro con uno mismo y
regocijo.
RUMBO.
El respeto hacia nosotros y hacia la
oportunidad de vivir engendra una intención de expresar el ser, de trascender ,
de lograr y de ser útil. Eso se hace más factible al definir un rumbo, un
propósito, una línea de objetivos y metas, un plan para
ofrendarlo a la existencia y decir "esto es lo que soy y esto es lo que
ofrezco". La vida es un don que se expresa a través de una misión y
una vocación; descubrirlo es tarea de cada quien, y es únicamente en ese camino
donde hallaremos la plenitud y la alegría de vivir. No hacerlo, equivale a
nadar en tierra o
arar en mar. E rumbo es indispensable aunque podamos modificarlo, si se llegara
a considerar necesario.
AUTONOMÍA.
La autonomía tiene que ver con
la independencia para
pensar, decidir y actuar; con moverse en la existencia de acuerdo con las
propias creencias, criterios convicciones, en vez de cómo seguimiento del ritmo
de quienes nos rodean. No se puede vivir para complacer expectativas de amigos,
parientes o ideologías prestadas, mientras algo dentro de nosotros grita su
desacuerdo y pide un cambio de dirección.
El autoestimado busca y logra escucharse, conocerse, dirigirse y pelear sus
propias batallas confiado en que tarde o temprano las ganará. No se recuesta en
la aprobación, sino que mira hacia el interior donde laten sus autenticas
necesidades, sin desdeñar lo que el mundo puede ofrecerle.
VERDAD.
El autoestimado siente respeto
reverencial por la verdad, no la niega sino que la enfrenta y asume con sus
consecuencias. Los hechos son los hechos, negarlos es un acto irresponsable que
nos quita control sobre nuestra vida. Cuando se evade la verdad, comienza uno a
creerse sus propias mentiras. No recuerdo quien fue la persona que dijo
"no le temas tanto la verdad como para negarte a conocerla".
PRODUCTIVIDAD.
La productividad es
un resultado lógico de la Autoestima. Me refiero a una productividad
equilibrada en las distintas áreas de la vida humana. No a la productividad
meramente económica que suele ser causas de enormes distorsiones en las
relaciones y en la salud. Esta productividad equilibrada es consecuencia de
reconocer y utilizar los dones y talentos de manera efectiva. Iniciativa,
creatividad, perseverancia , capacidad de relacionarse y otros factores
asociados con una sana Autoestima posibilitan, al entrar en funcionamiento, la
obtención de aquello que deseamos, o l menos de algo bastante cercano.
PERSEVERANCIA.
Cuando alguien tiene confianza en sí
mismo, es capaz de definir objetivos trazar un rumbo, iniciar acciones para
lograr esos objetivos y, además desarrollar la capacidad para el esfuerzo
sostenido, la convicción de que tarde o temprano verá el sueño realizado. La
perseverancia es por eso característica clara de la persona autoestimada, para
quien los eventos frustrantes son pruebas superables
desde sus conciencia creativa.
FLEXIBILIDAD.
Es característica de la persona
autoestimada aceptar las cosas como son y no como se le hubiese gustado que
fueran. Ante la novedad, para no sufrir, es necesario flexibilizar nuestras
creencias y adecuar nuestros deseos sin caer, claro está, en la resignación o
la inacción. Flexibilidad implica abrirse a lo nuevo, aceptar las diferencias y
lograr convivir con ellas; tomarse algunas cosas menos en serio, darse otras
oportunidades y aprender a adaptarse. Todas estas son manifestaciones de
inteligencia, consciencia y respeto por el bienestar.
De forma sencilla y resumida, Lair
Ribeiro al referirse a los atributos de la persona autoestimada nos dice que
ésta es "ambiciosa sin ser codiciosa, poderosa sin ser opresora,
autoafirmativa sin ser agresiva, e inteligente sin ser pedante".
Algunos comportamientos que revelan
Autoestima, sin que deban ser tomados como algo absoluto, son los siguientes:
·
Aprender
·
Agradecer
·
Reflexionar
·
Planificar
·
Procurarse
salud
·
Producir
dinero
·
Cuidar el
cuerpo
·
Vivir el
presente
·
Valorar el
tiempo
·
Respetar a
los demás
·
Disfrutar la
soledad
·
Abrirse a lo
nuevo
·
Actuar
honestamente
·
Cumplir los
acuerdos
·
Perdonarse y
perdonar
·
Respetar a
los demás
·
Vivir con
moderación
·
Actuar con
originalidad
·
Aceptarnos
como somos
·
Aceptar los
éxitos ajenos
·
Halagar y
aceptar Halagos
·
Disfrutar
del trabajo diario
·
Actuar para
lograr objetivos
·
Respetar el
espacio físico y psicológico de los demás
·
Vivir con
alegría y entusiasmo
·
Cuidar la
imagen personal
·
Dar ejemplos
positivos a los hijos
·
Confiar en
las capacidades propias
·
Reconocer y
expresar los talentos
·
Expresar los
sentimientos y emociones
·
Abrirse a la
intimidad económica y física
·
Respetar las
diferencias de ideas y actitudes
·
Pensar y
hablar bien de uno y de los demás
·
Relacionarse
con personas positivas y armónicas
·
Disfrutar de
las relaciones con las demás personas
·
Desarrollar
independencia en todos los órdenes posibles.
·
Las cosas
van a salir mal
·
No creo que
pueda lograrlo
·
Hoy va ser
un día terrible
·
No sirvo
para nada
·
No le agrado
a la gente
·
Es difícil
producir dinero
·
Trabajar es
aburrido y cansón
·
Detesto mi
vida
·
Soy bruto,
soy tonto, soy torpe
·
Todo me sale
mal
·
Tengo mala
suerte
·
Nunca me
alcanza el tiempo
·
No soporto
que me critiquen
·
Es lógico
que siempre me sienta mal
·
La gente es
mala y hay que cuidarse de todos
·
No existen
hombres (o mujeres) que valgan la pena
·
Yo soy así y
no puedo cambiar
·
Estoy preocupado(a)
·
Para qué
habré nacido. La vida es terrible
·
Tengo muchos
defectos
·
Los
problemas me persiguen
·
Lo bueno
dura poco
·
Yo olvido
pero no perdono
·
Me odio, no
me soporto
·
Me las van a
pagar
·
No merezco
que nadie me ame
·
Mi familia no
me gusta
·
Seguro que
voy a enfermarme
·
No quiero
vivir
En la vida social, todo lo que
logramos tiene que ver con personas. Vivimos en un permanente estado de
interdependencia en el cual todos nos necesitamos mutuamente, y lo que uno hace
afecta a los demás de distintas maneras.
En virtud de que no es posible vivir
y realizarse sino a través de la relación social, es fácil intuir que
necesitamos aprender a relacionarnos para obtener y brindar más y mejores
beneficios para todos. Ese es el destino del "animal político", del
que habla Platón al
referirse al hombre.
Sin embargo, no todo es tan
sencillo, ya que cada quien se relaciona con los demás desde su nivel de
conciencia, desde su equilibrio o su desorden interior, desde su manera
particular de experimentar la vida e interpretarla; desde lo que aprendió y
reforzó con el tiempo; es decir, desde su Desvalorización o desde su
Autoestima.
Cuando estamos centrados,
satisfechos con lo que somos y confiados de nuestra capacidad para lograr
objetivos, la manera como nos relacionamos con las personas suele ser
transparente y honesta; nos acercamos a ellos para compartir y los valoramos
por el simple hecho de ser humanos, de haber nacido. Esto es lo que se conoce
como "relación primaria", vínculos que se basan en compartir lo que
somos.
Por el contrario, cuando nuestros Mapas, los
aprendizajes que traemos archivados en la memoria,
nos dicen que no somos capaces, cuando nuestra Autoestima está debilitada,
tendemos a establecer vínculos desde el interés material,
desde utilitarismo. Es entonces cuando deja de importarnos la persona y pasamos
a prestar atención al beneficio que nos pueda deparar. Pasamos a preguntarnos
lo que nos aporta, lo que podemos obtener de ellas. Este es el tipo de relación
que se conoce como "relación secundaria".
Desde la Desvalorización somos
tímidos o agresivos. El equilibrio, la firmeza, la honestidad, es decir, la Asertividad es
únicamente posible en la persona Autoestimada.
TIMIDEZ.
Es una estrategia de vinculación
basada en el miedo, asumida por las personas cuando intentan evitar ser
desaprobadas y proteger la imagen que tienen de si mismas (autoimagen). La
Timidez puede ser muy nociva cuando:
·
Impide la
expresión libre de ideas y sentimientos.
·
Bloquea el
disfrute de las relaciones.
·
Resta
oportunidades sociales.
·
Genera
ansiedad, depresión,
adicciones.
·
Impide la
defensa de nuestros derechos legítimos.
La persona que actúa con timidez,
desarrolla una serie de mecanismos de defensa que lo protejan de los encuentros
e interacciones que cree que serán tensos. Esos mecanismos los podemos englobar
bajo la denominación de "Zona de Seguridad":
un espacio de protección física y psicológica que nos sirve para evitar que se
nos conozca a fondo. Todo esto es una respuesta a un miedo irracional y
aprendido. No somos tímidos, aprendemos a actuar tímidamente.
Algunas formas como manifestamos nuestra Zona de
Seguridad, son:
·
Marcar
distancia física (alejarse, no tocarse, interponer objetos)
·
Evadir
miradas
·
Hacer creer
que no escuchamos lo que nos dicen
·
Hacer creer
que no entendemos lo que nos dicen
·
Actuar con
indiferencia
·
Hacerse el
indiferente
·
Actuar
irónicamente o agresivamente
·
Evitar
abordar temas personales
·
Actuar con
falsedad, fingir (ponerse una "careta")
AGRESIVIDAD.
Es una forma inadecuada de canalizar
la frustración, que facilita el desbordamiento emocional con consecuentes daños
en las relaciones. Generalmente surge como una reacción defensiva al miedo y/o
culpa que la persona siente pero se niega a reconocer. Se relaciona con la
imposición, la intolerancia, el autoritarismo y el abuso.
Algunas desventajas de la Agresividad, son:
·
Demuestra
debilidad psicológica
·
Hace que la
gente se aleje por autoprotección
·
Impide
evaluar los hechos adecuadamente
·
Induce a
reacciones destructivas
·
Al
prolongarse, genera enfermedades psicosomáticas
ASERTIVIDAD.
La tercera forma de vinculación, la
única que responde a una Autoestima desarrollada, es la Comunicación Asertiva.
Se entiende por ésta al estilo honesto, directo y equilibrado de comunicación,
caracterizado por diálogo respetuoso
y frontal, para expresar y defender nuestros derechos a través de
comportamientos adecuados con voz firme, contacto visual, postura recta y
frontal y uso de expresiones verbales que reflejan autorrespeto, como por
ejemplo:
·
Me sentiría
mejor contigo, si...
·
Algo que
sucede y que me está afectando, es...
·
No me siento
bien, cuando...
·
Cuando
haces... yo me siento... por favor no lo hagas de nuevo....
Vale decir que las razones por las que no somos
asertivos, y optamos por relacionarnos a través de formas autosaboteadoras,
son:
·
Aprendizaje
por modelaje de patrones familiares
·
Inconsciencia
de los beneficios de una comunicación asertiva
·
Miedo a la
desaprobación y al rechazo
·
Carencia
de entrenamiento en
conductas asertivas.
La primera relación trascendente en
la vida del individuo es la relación familiar, ya que la familia es
el inicial y más importante contexto que permite al ser humano desarrollar su
Autoestima. La familia es el espejo en el que nos miramos para saber quienes
somos, mientras vamos construyendo nuestro propio espejo; el eco que nos dice
cómo actuar con los demás para evitar que nos lastimen.
Dependiendo de cómo sea la familia,
así será la persona, la cual resultará modelada por las reglas, los roles,
forma de comunicación, valores, costumbres, objetivos y estrategias de
vinculación con el resto del mundo que impere a su alrededor.
LA FAMILIA AUTOESTIMADA.
En las familias que se forman y
desarrollan con una Autoestima sana, la forma de funcionamiento de sus miembros
tiene características particulares. En este contexto grupal, las reglas están
claras, sus miembros las adoptan como faro de mar para transitar con certeza
por las aguas de la vida, aunque se muestran dispuestos a revisarlas e incluso
a modificarlas si acaso éstas llegan a quedar desactualizadas y dejan de
guiarlos a puerto seguro. No se siguen parámetros automáticamente, sólo por el
hecho de que los abuelos o los tíos así lo hayan hecho. Hay disposición a
buscar lo que conviene a las necesidades de todos los integrantes.
La comunicación es abierta, por lo
que esta permitido expresar los sentimientos directamente, sin el temor de
parecer ridículos, cursis o de recibir una cruda represalia. La interacción se
basa en el amor más que en el poder, por lo que emociones como la rabia, la
tristeza o el miedo, tienen cabida y son respetadas siempre que se expresen
adecuadamente con la intención de encontrar soluciones, y no de manera
irresponsable y anárquica, como simple catarsis. En la familia Autoestimada
quienes dirigen se afanan en comprender en vez de escapar por las puertas
oscuras de la crítica, la queja estéril y la acusación ciega.
Desde esta óptica,
los padres comprenden que sus hijos no se "portan mal" por ser malos,
sino porque algo los desequilibra y afecta temporalmente.
Existen objetivos familiares que
permiten que todos sus miembros crezcan sin que tengan que renunciar a su
vocación fundamental para complacer a padres u otros familiares. Cada quien
debe elegir, en algún momento, el sabor del agua que
desea beber, lo cual es síntoma inicial de verdadera madurez. Cuando los
objetivos son comunicados adecuadamente, satisfacen las necesidades reales del
grupo y logran ser comprendidos, todos se sienten motivados para involucrarse
sin traumas; se benefician, aprenden y crecen a través del apoyo mutuo. La
forma de proceder de la familia Autoestimada es nutritiva porque se orienta a
partir del deseo de ganar y no del miedo a perder.
LA FAMILIA DESVALORIZADA:
Las familias que carecen de
Autoestima se caracterizan por la ausencia de reglas, las cuales cuando existen
son difusas, contradictorias o basadas en la tradición y en estereotipos que
nada tienen que ver con las verdaderas necesidades del grupo. Hacen lo que se
ha hecho siempre, lo aceptado, lo tradicional, sin considerar su verdadera utilidad y
adecuación. Hay obligaciones para
todos y por todas partes, aunque nadie sepa en qué se basan, quién las
establece y con qué criterio. Creer en Dios, ser Comunista, ponerse la pijama
antes de dormir, no caminar descalzo o ser vegetarianos, pueden ser mandatos
arbitrarios, caprichosos u hormonales, cuando nadie explica las razones, el
porqué debemos hacerlo.
Impera la anarquía porque no existen
roles definidos y cada quien actúa dependiendo de cómo se siente. Lo que uno
arma el otro lo desarma; uno hace, el otro interfiere. Los hermanos mayores
juegan a ser papas de los menores: les pegan, los castigan y resienten la
responsabilidad que padres insensatos les han endilgado; las madres actúan como
niñas y obligan a sus hijos a velar por ellas; los padres son duros hoy y
blandos mañana. Nadie sabe que calle tomar.
La comunicación es caótica y las
relaciones de sus miembros se establecen desde el poder, lo cual origina
vínculos perversos en los que cada uno presiona como puede para asegurarse
atención y estímulos. Crean entre todos una red confusa e intrincada,
en la que a pesar de la buena intención terminan atrapados, dolidos y
desanimados.
Los hijos trataran de evitar de
hacer todo aquello que puede desagradar a sus padres o lo harán a escondidas
abrazando la mentira, a la que terminaran viendo como algo normal. Para cuando
los miembros de la familia desestimada puedan percatarse de lo que han estado
haciendo, deberán conformarse con sentirse culpables, quejarse, rumiar su pena
e infligirse enfermedades psicosomáticas.
No existen objetivos familiares. En
los hogares Desvalorizados, se vive en permanente ensayo y
error, sin una meta común por la cual luchar unidos; no hay un proyecto de
vida definido, sujeto a valores y criterios coherentes.
Si aceptamos que los padres tienen
una influencia dramática en los hijos, expresada durante la crianza, debemos admitir
que la Autoestima de los primeros, será el modelo a
seguir de los segundos. Podemos destacar algunos vicios de trato que los padres
suelen tener con los hijos en la relación comunicacional cotidiana, así como
las estrategias más afectivas para optimizar los vínculos, he aquí algunas de
las más nefastas, y unas cuantas alternativas favorables y efectivas.
Estrategias Inefectivas:
·
Dar ordenes
·
Amenazar
·
Moralizar
·
Negar
percepciones
·
Distraer
·
Criticar y
ofender
·
Ridiculizar
·
Comparar
·
Elogiar
·
Confundir
Estrategias Efectivas:
Aunque no existen recetas mágicas
para la crianza, la actitud amorosa y consciente es la que parece brindar los
mejores resultados. Algunas alternativas que pueden funcionar mejor que las
fórmulas antes expuestas, son:
·
Sintonía
·
Honestidad
·
Responsabilizar
·
Delimitar
·
Negociar
·
Anticipar
·
Reforzar
En la adolescencia, las fricciones entre padres e hijos suelen acentuarse durante esta
etapa, ya que los jóvenes necesitan ser ellos mismos, sin perder el cariño y el
apoyo de sus padres, quienes a su vez temen que sus hijos sufran daños a causa
de la inexperiencia. Además el miedo de muchos adultos a perder el control que
durante tantos años han mantenido, genere no pocos inconvenientes.
Aunque la influencia del medio
ambiente, especialmente la de otros jóvenes, es poderosa y ejerce peso sobre
los adolescentes,
podría decirse que la responsabilidad fundamental en la relación recae sobre
los padres, por ser ellos quienes tomaron la decisión de tener hijos, porque
cuentan con la mayor experiencia y porque tienen la posibilidad de predicar con
el ejemplo. Cuando los hijos llegan a la adolescencia, la Autoestima de los
padres es puesta a prueba, ya que es entonces cuando parecen perder el control
y el sentido común. Entonces:
·
Se tornan
sobreprotectores y exageradamente controladores.
·
Comparan a
sus hijos con otros ("mira como lo hace tu hermano"), o con ellos
(los padres) cuando eran jóvenes ("cuando yo tenía tu edad...").
·
Los critican
y culpabilizan para que obedezcan.
·
Les invaden
el espacio personal
·
Ocultan sus
debilidades y errores para parecer padres perfectos
·
Les invaden
el espacio personal
·
Administran
el tiempo y dinero de los hijos ignorando sus propias prioridades
·
Exageran y
dramatizan situaciones sencillas y normales
·
Les
condicionan el apoyo como chantaje
·
Deciden por
ellos, imponiendo sus criterios
·
Los asustan
haciéndoles creer que el mundo es peligroso y que nadie como ellos (sus padres)
podrán cuidarlos debidamente
·
Los espían
descaradamente.
Comportamientos de este tipo revelan
una gran carga de inconsciencia, desconfianza e inmadurez, que pocos padres
serían capaces de aceptar, por la absurda creencia de que eso les haría perder
respeto y autoridad frente a sus hijos.
Al igual que en cualquier contexto
formado por personas, el funcionamiento de la pareja depende de la Autoestima
de sus miembros. La formación de pareja es una necesidad del ser humano en la
búsqueda de ensanchar su horizonte personal y de compartir lo que es, a través
de distintas maneras de expresión. En la relación de dos, se abre un mar de
posibilidades de proximidad que reduce la sensación de soledad y vacío a través
de la búsqueda y encuentro de intimidad física y psicológica.
La pareja Autoestimada:
Visto de manera esquemática y
sencilla, la pareja autoestimada se caracteriza por comportamientos positivos
que tienden al bienestar y al logro. Algunos de esos comportamientos efectivos
que reflejen conciencia, confianza, valoración y respeto, son.
·
Dialoga
frecuentemente y no evade los conflictos
·
Expresa sus
sentimientos abiertamente
·
Acepta las
diferencias individuales de sus miembros
·
Se apoya
mutuamente sin crear dependencia
·
Se dedica a
crecer
·
Se comunica
desde cualidades y coincidencias, y no desde defectos y diferencias
·
Respeta la
individualidad del otro miembro de la pareja
·
Se esfuerza
por conocerse
·
No depende
de la aprobación externa. Es autónoma
·
Vive con
acuerdos, reglas y valores definidos
·
Se compromete
·
Se tiene
lealtad y confianza mutua
·
Evita
depender y controlar
·
Enfrenta las
rupturas y separaciones con madurez
La pareja Desvalorizada:
Por su parte, la pareja desestimada
funciona de manera diferente, con un nivel reducido de consciencia de sus capacidades
y necesidades, poca confianza de sus miembros, indignidad y mínima valoración
de si misma. Sus características resaltantes suelen ser:
·
Tiende a la
incomunicación y evade la realidad para no enfrentarla
·
Bloquea la
expresión de sus sentimientos; los ignora, evade o se avergüenza de ellos.
·
Es
conflictiva e inarmónica
·
Carece de
reglas, acuerdos y valores claros y definidos
·
No acepta
las diferencias de sus miembros. Vive del “debe ser”
·
Crea
dependencia psicológica, económica, sexual.
·
No se
plantea el crecimiento como objetivo
·
Carece de
proyectos comunes; cada quien funciona por su lado
·
El apoyo se
brinda condicionado
·
Invade el
espacio personal del otro
·
Ignora el
uno lo que desea o necesita el otro
·
Vive del “qué
dirán”; es guiada desde el exterior
·
Se relaciona
circunstancialmente, sin compromisos verdaderos y honestos
·
Desconfía
del otro
·
Enfrenta las
rupturas y separaciones con inmadurez.
La Autoestima tiene una poderosa
influencia en el logro de objetivos relacionados con la ocupación, el oficio,
la profesión. La relación que existe entre las variables Autoestima
– trabajo es, desde todo punto de vista, indisoluble.
Aceptando esto como cierto, podemos
decir que la persona que trabaje desde su Autoestima, se desempeña de una
manera diferente a aquella que lo hace desde su Desvalorización. En el plano de
las creencias, el Desvalorizado suele estar anclado, envuelto en una serie de
creencias negativas con relación al trabajo.
El trabajador Desvalorizado:
Algunas de sus características más resaltantes, en
relación con el marco laboral, son:
·
Trabaja sin
tener claridad de rumbo, ignora su verdadera vocación.
·
No respeta
el tiempo propio ni el ajeno
·
No confía en
sus capacidades puesto que por lo general las desconoce
·
Vive
frustrado y presionado por el trabajo
·
Tiende a la
dependencia y pone su carga sobre cuanto hombro vea dispuesto
·
Su estilo es
la rutina
·
Vive en la
fantasía, en el “debe ser”
·
Su actitud
es apática y desinteresada, actúa como si nada le importara realmente
·
No
persevera, abandona lo poco que logra iniciar
·
Depende de
otros, de sus decisiones y aprobación, lo cual le resta autonomía y le hace
sentirse indigno, culpable y manejable
·
No asume
responsabilidades, evade el esfuerzo y responde con un típico: “eso no me toca
a mí” o un “yo no se nada de eso”
·
Establece
relaciones conflictivas basadas en el interés y el utilitarismo
·
Carece de
control sobre su trabajo; su estado más frecuente es la confusión y tiene mal
relación consigo mismo, con las máquinas,
los procesos y las personas.
El trabajador Autoestimado:
Podríamos decir que el trabajador Autoestimado:
·
Trabaja
desde su vocación, tiene un propósito claro y posee objetivos y metas definidos
·
Valora su
tiempo y su energía, por lo que elige con agudeza a qué dedicar su atención y
su intención
·
Confía en
sus potencialidades porque las conoce, e intenta cultivarlas a través del
discernimiento, el estudio y la práctica. Usa lógica y
también la intuición
·
Disfruta lo
que hace ya que es consciente de que actúa, no por obligación, sino por
elección personal, lo cual lo lleva alejarse de lo que no le produce auténtica
satisfacción
·
Busca ser
independiente, dentro de la normal interdependencia del mundo actual
·
Crea sus
circunstancias a través de la acción inteligente, de la iniciativa y la
creatividad
·
Respeta la
realidad y no niega los hechos; tiende a buscar las lecciones que se ocultan
detrás de lo que parece estar en contra
·
Su actitud
es entusiasta y resulta
·
Es
perseverante en sus intenciones
·
Respeta el
tiempo propio y el ajeno porque lo sabe valioso e irrecuperable
·
Es
relativamente autónomo en sus decisiones sin perder la apertura a las opiniones
foráneas
·
Asume
responsabilidades porque se cree capaz de manejarlas
·
Se vincula
honestamente con los demás, respeta sus ideas, estados emocionales y decisiones
·
Controla su
trabajo y mantiene armonía consigo mismo, con las máquinas, con las personas y
con los procesos
·
La
Autoestima se forma desde la gestación, durante el período prenatal y en los
años que siguen el nacimiento del niño, quien aprenderá, de acuerdo con lo que
perciba en su entorno, si es apto para lograr objetivos y ser feliz, o si debe
resignarse a ser común; uno más en una sociedad en la que vivirá posiblemente
resentido, ansioso y funcionando muy por debajo de su verdadera capacidad. Los
niveles de salud, éxito económico y calidad de
relaciones, están frecuentemente relacionadas con una Autoestima fuerte. El
desequilibrio, el caos en estas áreas, se puede vincular a una baja, débil o
escasamente desarrollada autoestima.
·
La
Autoestima es un recurso psicológico que permite que las personas se orienten
hacia el bienestar y no hacia la autodestrucción. Sin embargo de manera
automática y poco consciente, acostumbramos desarrollar comportamientos que
afectan y reducen de manera significativa nuestra calidad de vida.
·
Envidiar,
criticar, maltratar, celar, quejarse, negarse a aceptar las cosas como son,
evitar los cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber en
exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre otras conductas frecuentes,
revelan desamor por uno mismo, pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo
y, por consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima, que es
la pieza clave para todo tipo de relación en nuestras vidas: paternal, amorosa,
de trabajo o simplemente social.
Pedro
Merchán Sánchez.
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