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lunes, 26 de noviembre de 2012

INTELIGENCIA


LA INTELIGENCIA

Hace unos días conversábamos un grupo de amigos sobre la inteligencia, sus manifestaciones, funciones, clases y el uso que de ella hacemos diariamente. En este diálogo salía a colación el certero planteamiento que sobre el tema hace en “La inteligencia fracasada”, J.A. Marina y siguiendo a este autor:

Decíamos  que algunos psicólogos definen la inteligencia como la capacidad de dar respuesta ante una situación determinada; es decir, que la inteligencia no sólo depende de lo que se es o se tiene, si no también de la situación en que la persona se encuentra. Otros, manifiestan que es la capacidad que tiene el ser humano de resolver situaciones problemáticas nuevas. Otros, hablan que es la capacidad de dar respuesta a los problemas que la vida, día a día, te plantea. Podemos observar que tanto en unos como en otros los conceptos difieren poco.

En lo que si parece haber unanimidad es en que una de las funciones primordiales de la inteligencia es la de permitir “salir airoso” de las diferentes situaciones en las que la personas pueden encontrarse. Es decir, si la situación es médica, “salir airoso” consistirá en realizar una magnífica intervención médica; si es docente, transmitir de manera coherente, didáctica y pedagógica conocimientos-actitudes; si es afectiva, hacer feliz a la otra persona.

No obstante, la inteligencia, a veces, no consigue realizar bien sus deberes. Leamos un ejemplo real: “un alumno intelectualmente brillante, inteligente, según los tests psicológicos, inmerso en los avatares de la adolescencia y juventud; un buen día se percata de su gran capacidad intelectiva y decide utilizarla; sus compañeros y compañeras le parecen torpes, su profesores y profesoras, mediocres y su familia, desestructurada. Es capaz de “conquistar” a un grupo de compañeros y compañeras rebotados del Centro, de la enseñanza; se erige en el jefe, en el líder de la pandilla; porque le gusta manipular y manejar a los demás; los conduce, hábilmente a sustraer pequeñas cosas, a entorpecer el normal desarrollo del trabajo en clase,…; el dinero le atrae grandemente; “juega” con las drogas, el alcohol,…; abandona el instituto, porque “la educación, el aprendizaje está en la calle”. Acaba de cumplir veinte años, aunque aparenta muchos más. Alguien de nuestro grupo comenta que está en prisión con sentencia firme por consumo y tráfico de drogas. Realmente, ¿es tan inteligente este alumno como decían los tests psicológicos?

Concluíamos nuestra charla con un símil con el que admitíamos que la inteligencia es  como un edificio y que una cosa es la solidez de la estructura, capacidad intelectual y otra, el amueblar el edificio, uso que de esa capacidad intelectual hacemos; manifestando que una persona muy inteligente puede usar su inteligencia estúpidamente y que la esencia del fracaso intelectual está en la distancia que existe entre ser inteligente y comportarse inteligentemente.

Pedro Merchán Sánchez.
Sevilla a 20 de Enero de 2009.

JUVENTUD, DIVINO TESORO?




JUVENTUD, DIVINO TESORO?

Creo que en la vida se puede trazar una frontera muy precisa entre juventud y adultez. La juventud cesa con el egotismo, la adultez comienza con la entrega a los demás.”  (Hermann Hesse.)

Durante siglos, en nuestra cultura occidental, se ha vivido la juventud sin desearla; más aún, con cierta prisa por dejarla atrás. El joven quería dejar de serlo y entrar en la vida adulta de un modo pleno. Quería llegar a ser mayor cuanto antes. La juventud se vivía sin estimarla y con prisa para dejarla atrás.

En estas últimas décadas, los cambios económicos, tecnológicos y sociales acaecidos en el nuestro mundo super-industrializado plantean situaciones nuevas y complejas en la transición de los jóvenes a la vida adulta activa.

Parece como si en una gran parte de la juventud se hubiera producido una especie de “instalación – acomodación en la edad”; entre otras razones, en una pérdida del sentido de proyección hacia el futuro y en lo que algún autor ha denominado “juvenilismo”. El “juvenilismo” consiste en una  especie de “profesionalización de la juventud”. Existe la creencia errónea, desde mi punto de vista, que ser joven es una profesión para siempre, y no un estadio, una etapa de tránsito en la vida de la persona. Etapa dedicada, casi exclusivamente, a la formación; a prepararse para el futuro y a madurar psicológicamente como persona.

Este juvenilismo tiene una clara intención de juvenizarlo todo. Pero, si embargo, sigue manteniendo la visión del joven inexperto, irresponsable, incapaz de controlar sus emociones, sin propuestas de futuro. Los mismos jóvenes manejan un discurso de “carencia de oportunidades”, de “carencia de espacios”, de “falta de igualdad” en lugar de plantear una lucha seria por construir su propia oportunidad, su espacio, la igualdad a través de involucrarse en la “res pública” y hacerse igualmente co-responsable con su participación activa. “No nos dan oportunidades”, afirman, mientras no muestran  ningún esfuerzo por  “crearse su propia oportunidad”. A menudo, acude a nuestra mente las imágenes que el filósofo griego Sócrates (470-399 a Xto.) nos decribe en su célebre frase:  Los jóvenes de hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.”

Unido a la razón de la escasez de puestos de trabajo, esta “instalación – acomodación en la edad” en detrimento de una transición progresiva, también se debe a razones económicas. Hasta hace unos años, solemos decir los adultos, los jóvenes no teníamos dinero o teníamos poco. Con independencia de la situación económica de los padres, la condición del joven era no tener dinero o tener poco; evidentemente no había tiendas para jóvenes, ni música, ni espectáculos…. Hoy, presenciamos la existencia de un comercio enormemente poderoso dedicado exclusivamente a los jóvenes, creándoles imperiosas necesidades que deben ser satisfechas de una u otra manera, con el peligro que esto con-lleva.

En nuestra sociedad occidental, la juventud es considerada como una clase autónoma - independiente, y es cultivada como un espléndido mercado. Y no sólo mercado de ropa o de música y espectáculos, sino lo que es más peligroso, de droga, sexo y violencia. Ser joven ha devenido en, no sólo, una categoría social, sino en un instrumento legitimador de acciones y reacciones en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y en lo educativo.

Otro hecho constatable es la manipulación que los adultos ejercemos sobre los jóvenes cuando, consciente o inconscientemente, les ofrecemos interpretaciones subjetivas de la realidad, de nuestra realidad vivida (paternalismo), no de su realidad aún por descubrir y vivir.  La adhesión indiscriminada de los jóvenes a estas visiones de la realidad (sobreprotectora) sólo favorecen su pasotismo y a que se perpetúen esquemas conservadores. Al joven no se le puede ahorrar el trabajo de que descubra el mundo por sí mismo y llegue a interpretarlo y juzgarlo per se. De hecho muchos jóvenes, afortunadamente, se resisten a esta manipulación por parte de los adultos, y dan ejemplo de compromiso con los mejores valores de la persona.

A pesar de lo negativo que es para el crecimiento personal, nuestra sociedad empuja a los jóvenes a la evasión, a la marginación, al consumo indiscriminado y a la instalación en el juvenilismo, porque la juventud es una fuerza muy poderosa, y sin duda, se le tiene miedo. Parece mejor hacerles creer, a los jóvenes, que su edad no es transitoria, sino permanente (durará siempre) y que todo lo mejor del mundo está encarnado en la figura del joven.

Tamaño engaño está reclamando, por parte de los adultos, una mayor dosis de autenticidad y de valor para decir a las generaciones jóvenes que las dificultades actuales y los límites de sus mayores existen, están ahí para que ellos los descubran, los valoren y se comprometan a cambiar lo que necesita ser cambiado y, por parte de los jóvenes, una actitud de responsabilidad para funcionar como tales y no dimitir de lo más auténtico que tienen: su juventud, su fuerza, su búsqueda de razones para vivir, su alegría envolvente, su capacidad de admirar, sus deseos de hacer un mundo nuevo y mejor.

“Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta(Aristóteles)

Sevilla a 29 de Junio de 2007



Fdo.: Pedro Merchán Sánchez

Dpto. Orientación IES San Pablo. Sevilla.

FAMILIA Y EDUCACIÓN




FAMILIA Y EDUCACIÓN

         Siempre he defendido la tesis de que la Familia (padre y madre) es decisiva –para bien o para mal- en la educación de los hijos y de las hijas; el Colegio también, pero a otro nivel.

          Compruebo, con más frecuencia de lo normal, que cuando una madre recibe el boletín de notas de su hijo o hija y observa que tiene un “montón” de “cates”; esta madre, sensible, amorosa y responsable, se emociona y las lágrimas brotan de sus ojos. Se bloquea, no sabe que decir, no sabe que hacer, no sabe a donde acudir, no sabe..., siente una opresión en su pecho que le deja sin respiración. Al padre le ocurre igual, pero en otro plano. Sien embargo, el hijo o la hija, el de  muchos suspensos, no siente más que una efímera contrariedad.

         A diario, observo a padres o madres que acompañan a sus hijos e hijas, alumnos, de la ESO, a la puerta del Instituto; llevando sobre sus espaldas o arrastrando el carro con la pesada mochila de sus niños o niñas; ellos y ellas caminan delante o detrás con las manos en los bolsillos, empuñando un chupa-chups o cualquier otro objeto.

         También observo a madres y padres que, a la hora del descanso, entregan el bocadillo a sus hijos e hijas entre los barrotes del patio del Instituto, porque a éstos se les olvidó o sencillamente porque el bocadillo de “tortilla de patatas” les gusta “calentito”.

También conozco a padres y madres preocupados por la Educación de sus hijos e hijas, que asumen y apoyan las decisiones y orientaciones de los docentes y, las críticas, si las hay, saben plantearlas con elegancia a quien  y en el foro que corresponde.

         Observo a madres y a padres que acuden al Centro, sólo, para discrepar de la medida adoptada con su hijo o hija,  denunciar al Profesorado por incompetente y/o por “tenerla tomada”, “tenerle manía”,  “por la fama”... de su hijo o hija,   criticar a los docentes por casi todo, sin importarles dónde, ni ante quién; porque, hoy, la mayoría de los padres y de las madres saben  Psico-Pedagogía, Didáctica,  Logopedia, Matemáticas,… todo el mundo quiere participar, opinar sobre el mundo de la Educación, lo hacen y, de qué manera!!

Conozco a Equipos de Docentes, preocupados por la Educación de sus alumnos y de sus alumnas, a veces desanimados, a veces abrumados,…
  
         Compruebo, cuando hablo con compañeros de otros Centros que esta percepción global de la vida escolar en nuestros Colegios e Institutos es cada día  más frecuente.

Pero ¿cómo y cuándo nace esta percepción tan disparatada, tan distorsionada de los docentes, de la educación; cuál es su origen? Todos los analistas coinciden en que su origen es multicausal y reciente,…

Hoy, quiero reflexionar sobre una de las posibles causas, a mi juicio, muy importante: el de  la sobreprotección que los padres y las madres ejercemos sobre nuestros hijos e hijas.

Los datos, de que disponemos, demuestran que un elevado porcentaje ( 70% ) de alumnos y alumnas que presentan dificultades educativas significativas tienen relación con pautas de comportamiento sobreprotector, bien por parte de la madre, bien por parte del padre, o bien por parte de los dos.

         Un padre, una madre o ambos sobreprotectores piensan, creen ciegamente, que son unos buenos padres, que se esfuerzan, que se implican en la educación, los defienden a ultranza, por lo que sus hijos e hijas no tendrán ningún problema y si los tuvieran para eso están ellos. Esta idea, a primera vista, buena, loable, aceptable, defendible, en padres sobreprotectores, puede llegar a convertirse en   inaceptable, indefendible y peligrosa, ya que puede, y de hecho ocurre en este tipo de padres, transformarse en la siguiente argumentación: “si mi hijo o hija tiene problemas, se deberá a que no estoy siendo buen padre o buena madre, a que no me estoy esforzando lo suficiente, a que no me estoy implicando lo necesario, a que no  estoy defendiendo sus intereses escolares adecuadamente”, dan una vuelta de tuerca más a su concepto de buen padre o buena madre y, más sobreprotección. Por esto, nada preocupa más a unos padres sobreprotectores que los errores y problemas de sus hijos o hijas, pues tienen  tendencia a ver esos errores y problemas como propios, como signo de su fracaso, como botón de muestra de su incompetencia.

         Los padres y las madres sobreprotectores les cuesta darse cuenta que, aunque ellos lo hagan razonablemente bien, aunque se esfuercen y se comprometan, sus hijos o hijas pueden equivocarse, pueden tener un “mal día”, o pueden tener sus propias dificultades de carácter, de personalidad. Esta tipología de padres sufre intensamente los problemas de sus hijos e hijas, como si fueran suyos, mientras que los hijos e hijas apenas se dejan afectar por los mismos problemas, en este sentido es curioso cómo, con frecuencia, junto a padres y madres excesivamente responsables crecen hijos e hijas poco responsables.

         Los padres sobreprotectores evitan que las consecuencias normales de los errores de sus hijos o hijas tengan lugar: si se olvida algo, se lo llevan al Colegio; si no ponen el despertador se preocuparán por despertarle, si pierden algo se lo reponen enseguida; si le imponen un castigo, se lo levantan o lo incumplen; ... Los hijos o hijas de padres sobreprotectores viven en un mundo imaginario, fantástico, irreal, dónde no sufren las consecuencias de sus errores, porque  sus padres impiden que eso ocurra.

         Y ¿cómo podrá aprender nuestro hijo o nuestra hija si lo guardamos en una burbuja dónde nada frustrante pueda ocurrirle, dónde nada desagradable le afecte?  Olvidan, no saben o no quieren saber que el aprendizaje no es unidireccional, sino polidireccional y que en el ir y venir, aprendemos; aprendemos de nuestros éxitos, de nuestros fracasos,  de la reflexión, del análisis, de la actuación y de la transformación  que de ellos hacemos. No quieren comprender que todo aprendizaje implica esfuerzo; esfuerzo que es personal y que nadie, ni siquiera el padre o la madre, puede hacer por el que aprende. Por esto, a los padres sobreprotectores les cuesta tanto actuar con sus hijos o hijas, tomar decisiones, ser firmes, marcar límites, establecer consecuencias claras, intervenir cuando las circunstancias lo requieren, escuchar a otros padres, a otras madres, al profesorado, a los compañeros de sus hijos, a sus propios hijos o hijas; en cambio, suelen quejarse de casi todo, protestar por todo, reprochar a todos, gastar enormes cantidades de energías en convencer a todos, creer ciegamente a su hijo o hija, suplicar, persuadir a sus hijos e hijas de que deben mejorar y ser más responsables, en definitiva, sermonear, a lo que su hijo o hija suele responder  haciendo oídos sordos.

         Pero ¿cuál es el origen de la sobreprotección?  Con mayor frecuencia de lo que pensamos, cuando los padres o/y las madres sobreprotegemos con exceso a nuestros hijos o hijas se debe más a nuestras propias carencias afectivas personales que a las de nuestros hijos o hijas de ser protegidos. A menudo, volcamos en nuestros hijos e hijas conflictos personales de carácter afectivo mal resuelto o, aún, sin resolver, que acaban haciéndose muy presentes en nuestra manera de actuar, de educar, de relacionarnos con nuestros hijos o hijas y con todo lo que a ellos les afecte. Si nuestro propio padre o/y madre se mostró distante afectivamente; si, en su día, no sentimos suficientemente la cercanía y el afecto de nuestro padre o/y madre, es seguro, que nos volquemos con nuestro hijo o hija a darle cuanto nos faltó cuando nosotros éramos pequeños, es nuestra propia necesidad la que nos mueve a actuar así y no la de nuestro hijo o hija. Erróneamente, seguimos manteniendo que el ideal de buen padre o buena madre es aquel que se rige por el principio: “como de pequeño nada tuve, que a mi hijo o hija nada le falte”. Por esto es importante, para los padres y madres  no dejarnos llevar por actitudes sobreprotectoras, que hagamos un esfuerzo personal conducente a diferenciar a aquellas necesidades que nacen de nosotros y de lo que no tuvimos, de aquellas otras necesidades y carencias que son propias de nuestros hijos o hijas.

         Dejemos que nuestros hijos y nuestras hijas se equivoquen, permitamos que las consecuencias de sus equivocaciones les afecten. Dejemos de pensar que podremos sustraer a nuestros hijos e hijas de sus propios fracasos a base de sermones interminables y redundantes que a nada conducen. Pensemos  que transmitimos actitudes. Seamos conscientes de que nuestros hijos e hijas habrán de crecer gracias a las pequeñas y las no tan pequeñas contrariedades de la vida y que nuestro papel como padres y madres será el de apoyarles en la superación de las adversidades, no el de evitárselas. Tengamos presente que aquellos niños, niñas,  adolescentes,...  que tienen una buena tolerancia a la frustración de cada día, se sienten más confiados, más seguros en sus posibilidades y son menos dependientes de sus mayores para resolver sus problemas.

         “No volvamos atrás, sería de ignorantes; ¿acaso no aprendimos nada?

Pedro Merchán Sánchez.

Dptº Orientación. IES San Pablo. Sevilla.-


LAICIDAD CRISTIANA


LAICIDAD CRISTIANA

José M. Castillo, Teólogo.

El Evangelio es la piedra dura en la que siempre nos vamos a partir los dientes sin poder digerirlo y asimilarlo por completo y de verdad. Porque hay algo, en el mensaje de Jesús, que no nos entra en la cabeza. Se trata de que la “mediación esencial” entre los humanos y Dios no es “lo sagrado” y sus bellos símbolos, sino “las relaciones humanas” y sus complicadas exigencias. De forma que la “buena noticia” que trajo Jesús a este mundo, comporta, antes que ninguna otra cosa, este anuncio sorprendente: la medida de nuestra lejanía de Dios o de nuestra acercamiento a Dios no está en la observancia de lo sagrado, sino en la relación con lo humano.

Cuando Jesús habló del juicio final (Mt. 25, 31-46), el juicio definitivo y último que Dios hará de la historia, de las naciones y de los individuos, una cosa queda clara: el Evangelio no hace mención alguna, en ese momento decisivo, ni de la fe ni de la religión, ni siquiera de Dios, sino únicamente de la relación que cada cual tuvo y mantuvo con lo humano, con lo más humano que hay en la vida, que es el sufrimiento de quienes peor lo pasan en este mundo. Si el Evangelio tiene razón, queda patente que, en última instancia, a Dios sólo le interesa una cosa: cómo nos relacionamos con los demás, con mención expresa de aquellos que normalmente nos resultan más desagradables: los que pasan hambre y sed, los que no tiene qué ponerse, los enfermos, los encarcelados y los inmigrantes. Está visto que, si Jesús decía la verdad, eso es lo que importa a Dios. Y es en lo que Dios se fija. Exactamente la misma enseñanza que se desprende de la parábola del buen samaritano (Lc 10, 30-35). Por algo será que, esa historia, los que pasan de largo, ante el hombre robado, apaleado y moribundo, son precisamente los representantes oficiales de la religión, mientras que el hereje samaritano es el que se nos presenta como modelo a imitar. Por una sola razón: porque, aunque las creencias del samaritano no andaban “como Dios manda”, aquel individuo, tan poco religioso, al darse de cara con el sufrimiento humano, “se le conmovieron las entrañas”, que es lo que literalmente dice el Evangelio (Lc 13, 33).

Ahora bien, esto es lo que nunca acabamos de integrar en nuestras vidas. Seguramente porque, mientras “lo sagrado” nos da seguridad, dignidad y poder, la relación con lo humano” es fuente incesante de problemas. A fin de cuentas, lo sagrado es un objeto que nosotros manejamos, en tanto que las relaciones con otras personas provocan situaciones en las que probablemente no tengamos más salida que dejarnos manejar. Por eso nos resistimos con uñas y dientes a aceptar que Jesús, efectivamente, le dio otro sentido, otra orientación a la experiencia de  lo religioso.

Esta nueva orientación consiste, nada menos, en que la religiosidad que arranca de Jesús no es ya la religión de lo sagrado, sino la religión de lo “humano”, es decir, la “religión laica”, que hoy unos no entienden y otros combaten como el enemigo número uno a batir, precisamente por los más religiosos de siempre. En esto está ahora mismo el fondo del problema. Desde hace unos años se viene hablando de la “metamorfosis de lo sagrado”, como un fenómeno característico de nuestro tiempo. En realidad fue Jesús quien anunció la metamorfosis, la desencadenó y la puso en  marcha.


Sevilla, 15 Diciembre 2005.
pdromersán.

LINGÜÍSTICA-LOGOPEDIA


FONÉTICA-FONOLOGÍA; MORFOSINTAXIS; LÉXICO-SEMÁNTICA; PRAGMÁTICA; PROCESOS DE CODIFICACIÓN – DECODIFICACIÓN.


INTRODUCCIÓN.

  • LA FONACIÓN.

El aire al salir de los pulmones (espiración), pasa por dos tubos, llamados BRONQUIOLOS, a otro tubo llamado TRÁQUEA. La tráquea termina en un ensanchamiento denominado LARINGE (nuez o bocado de Adán).

En la LARINGE, el tubo se encuentra obstruido por dos músculos elásticos (cuerdas vocales).

La corriente de aire que viene de la tráquea empuja a las cuerdas vocales; éstas separan sus bordes, dejando una hendidura o raja, llamada GLOTIS.

Mientras respiramos (inspiración) en silencio, la glotis está abierta, para que el aire pase sin dificultad. Pero al hablar, las cuerdas vocales se ponen muy tensas. El aire presiona para abrir la glotis; ésta se abre y se cierra con enorme rapidez. El aire, entonces, se pone a vibrar, se dispone en ondas y produce el sonido.

La fonación es la emisión del sonido sin modificar por la articulación.

  • LA ARTICULACIÓN.

El sonido producido por las cuerdas vocales es un sonido “en bruto”. Este sonido al llegar a la cavidad bucal, es modificado para dar origen a cada uno de los 24 sonidos de que se compone el castellano.

Articulación es la posición que adoptan los órganos de la boca en el momento de producir un sonido.

  • ÓRGANOS ARTICULADORES.

Son los órganos que intervienen en la articulación. Unos son ÓRGANOS ACTIVOS, móviles; otros, son ÓRGANOS PASIVOS, inmóviles.

ÓRGANOS ACTIVOS: labios, lengua, dientes inferiores y velo del paladar.

ÓRGANOS PASIVOS: dientes superiores, alvéolos superiores y paladar.



  • PALADAR, VELO DEL PALADAR y ALVÉOLOS.

El paladar es la bóveda dura que constituye el techo de la boca.

El velo del paladar es la parte situada más atrás del paladar duro, denominada, también, paladar blando. El velo del paladar termina en la ÚVULA o campanilla.

El paladar y el velo del paladar separan la cavidad de la boca de otra cavidad que hay encima, llamada CAVIDAD NASAL.

Los alvéolos son pequeñas hendiduras u hoyitos en los que están encajados los dientes; pero en fonética por alvéolos sólo entendemos la parte de dentro de las encías; es decir, al lugar en el que se apoya la lengua al pronunciar ciertos fonemas /n/, /s/, /l/, /r/, /rr/. (alveolares)

  • VOCALES Y CONSONANTES.

Al pronunciar ciertos fonemas /p/, /ch/, /t/, … oponemos en la cavidad bucal ciertos obstáculos a la salida del aire. Por el contrario, al pronunciar /a, /o/, /u/, … esos obstáculos no existen.

VOCALES son sonidos en cuya articulación no se oponen obstáculos a la salida del aire.

CONSONANTES son sonidos en cuya articulación se oponen obstáculos a la salida del aire.

Las vocales son A, O, U, E, I (=Y)

Las consonantes son B (=V, W), C (=Z) CH, D, F, G (ante a, o, u), J (=G ante e, i), K (= C, QU), L, LL, M, N, Ñ, P, R, RR, S, T, Y (en ya, yo, yu, ye, yi).  => X = k + s.

  • DIVISIÓN DE LAS VOCALES.

Según el lugar de la boca en que se articulan: ANTERIORES o PALATALES (e, i), MEDIA (a) y POSTERIORES o VELARES (o, u).

Según la abertura: ABIERTA (a), MEDIA (e, o) y CERRADA (i, u).

Según la intensidad: FUERTE (a, e, o) y DÉBIL (i, u).

  • DIVISIÓN DE LAS CONSONANTES.

Según punto de articulación:

  • Bilabiales: los labios actúan como órganos activos. Son P, B (= v, w), M.

  • Labiodentales: órgano activo: labio inferior; órgano pasivo: dientes superiores. Son: F.

  • Interdentales: órgano activo: la lengua; órgano pasivo: los dientes superiores. La punta de la lengua (ápice) asoma entre las dos filas de dientes. Son: C (= Z).

  • Dentales: órgano activo: la lengua; órgano pasivo: dientes superiores por su cara interna. Son: T, D.

  • Alveolares: órgano activo: la lengua; órgano pasivo: los alvéolos superiores. Son: L, N, R, RR, S.

  • Palatales: órgano activo: la lengua; órgano pasivo: el paladar. Son CH, LL, Ñ, Y (en sílabas ya, yo, yu, ye, yi)

  • Velares: órgano activo: lengua y velo del paladar. Son: K (=Qu, C ante a, o, u); G (en ga, gue, gui, go, gu) y G (= j)

NÓTESE QUE LA LENGUA ES ÓRGANO ACTIVO EN TODAS LAS ARTICULACIONES, MENOS EN LAS LABIALES y LABIODENTALES.


Según modo de articulación:

  • Oclusivas: los órganos articuladores se juntan completamente en el punto de articulación, cerrando el canal vocal. La corriente sonora rompe el obstáculo, produciendo una pequeña explosión. Son: P, T, C (=k, qu) B, D, G (en ga, go, gu, gue, gui)

  • Fricativas: los órganos articuladores se aproximan mucho y hasta se tocan en un punto, pero no cierran completamente el canal vocal. La corriente sonora atraviesa el obstáculo, frotando los órganos articuladores. Son: C (= Z), F, G (= j), L, LL, S, Y (en ya, yo, yu, ye, yi).

  • Africadas: constan de dos tiempos o partes. En el primer tiempo son OCLUSIVAS (los órganos articuladores cierran completamente el canal vocal), y en el segundo, FRICATIVAS (los órganos se abren un poco, dejando que el aire salga frotándolos). Son: CH, Ñ.

  • Vibrantes: la lengua toca los alvéolos y cierra el canal vocal, pero la corriente sonora la hace vibrar como una bandera agitada por el viento. El canal se abre y se cierra rapidísimamente. Son: R (simple, una sola vibración), RR (múltiple, dos o más vibraciones.)


CONSONANTES LATERALES:

Las consonantes fricativas L, LL tienen una particularidad que no poseen las restantes consonantes. Para las consonantes, el canal vocal se forma en el centro de la boca.  Pero para pronunciar L, LL, la corriente sonora sale por dos canales vocales que se forman a ambos lados de la lengua. Por esto, llamamos a L, LL consonantes FRICATIVAS LATERALES.

CONSONANTES NASALES.

La corriente sonora sale por la boca, porque, al hablar, la úvula se levanta y cierra el paso del aire hacia la cavidad nasal. Pero al articular M, N, Ñ, la úvula no se eleva y queda colgando; por eso, parte del aire sale por la nariz. Así llamamos a M, N consonantes OCLUSIVAS NASALES, y a la Ñ, consonante AFRICADA NASAL.

CONSONANTES SORDAS Y SONORAS.

Consonantes sordas son aquellas en las que no vibran las cuerdas vocales. Son: P, T, C (= QU, K), C (= z), F, S, CH, G (= J). Recordad:
PeTaCa, JeFe, CHoZaS (en ellas están contenidas las 8 consonantes sordas.)

Consonantes sonoras son aquellas en las que vibran las cuerdas vocales. Son: las vocales; B (= V, W), D, L, LL, M, N, Ñ, R, RR.


2. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DE LOS COMPONETES DEL LENGUAJE.

·         Fonético – fonológico.
·         Morfosintáctico.
·         Léxico – semántico.
·         Pragmático.

COMPONENTE FONÉTICO – FONOLÓGICO.

  • Fonética es el estudio acústico, fisiológico y perceptivo de los sonidos del habla.
  • FONOLÓGIA estudia el funcionamiento de los sonidos.
  • Los sonidos son fenómenos vibratorios que se transmiten en el aire una velocidad de 340 m/s

Cualidades acústicas del sonido:

  • TONO (altura) depende de la frecuencia de las vibraciones por segundo. Perceptivamente puede ser GRAVE o AGUDO. El oído humano sólo percibe las vibraciones comprendidas entre 16 y 20000 c/s (Hz).

  • INTENSIDAD depende de la amplitud del movimiento vibratorio. Perceptivamente puede ser FUERTE O DÉBIL. Se mide en dB con una escala que va de 0 a 140 dB.


  • DURACIÓN está relacionada con el factor tiempo. perceptivamente puede ser CORTO o LARGO.


  • TIMBRE depende de la frecuencia y amplitud de sus componentes. Se percibe globalmente y es subjetiva (Ej.: agradable, desagradable, hermoso, desapacible, horroroso, metálico, sordo, pastoso,… Puede ser claro: dominancia de agudos; oscuro: dominancia de los graves. 

FONEMAS Y OPOSICIÓN FONOLÓGICA.

LA COMBINATORIA EN EL PLANO DE COMPONETE FONÓLOGICO.

  • La sílaba.
  • La palabra

COMPONENTE MORFOSINTÁCTICO.

  • Subcomponente SINTÁCTICO.

  • Subcomponente MORFOLÓGICO.

COMPONENTE SEMÁNTICO.

  • La Semántica.
  • El significado de las palabras.
  • Las relaciones de significado.
  • El significado de las frases.


COMPONENTE PRAGMÁTICO.

  • La Pragmática.
  • Los actos del habla.
  • El nivel textual
  • Análisis de la conversación.

CODIFICACIÓN (comprender => expresado)

DECODIFICACIÓN (expresar => comprendido)



EL PLON


P L O N

PRUEBA LENGUAJE ORAL DE NAVARRA

            La Prueba de Lenguaje Oral de Navarra (PLON) es considerada una prueba de “screening” o rastrilleo cuyos objetivos son:

®     Detección de alumnos de riesgo dentro del desarrollo del lenguaje y que precisan ser diagnosticados individualmente para poder actuar de forma compensatoria.

®     Evaluación inicial de los aspectos fundamentales del lenguaje para posibilitar una programación consecuente con los resultados obtenidos y para encaminar el trabajo pedagógico futuro en esos aspectos.

Esta prueba atiende las 3 dimensiones del lenguaje: forma (fonología / morfología y sintaxis), contenido (léxico) y uso (pragmática).

Se aplica a niños de edades comprendidas entre los 4 y los 6 años, existiendo un cuadernillo de pruebas diferenciado para cada una de las edades. Por ello, explicaré qué aspectos se evalúan en cada edad.

4 AÑOS

FORMA

  • FONOLOGÍA

Objetivo a evaluar: El niño pronuncia los fonemas correspondientes a su edad, en imitación diferida.

  • MORFOLOGÍA – SINTAXIS

    1. Repetición de frases.

                  Objetivo: El niño tiene una estructura morfosintáctica de 7 u 8 elementos.

    1. Expresión verbal espontánea.

                   Objetivo: Forma de expresarse el niño a partir de un estímulo visual.

CONTENIDO

  • LÉXICO

         Objetivo a evaluar: El niño conoce palabras del vocabulario usual y es capaz de nombrar otras (a nivel comprensivo y expresivo, respectivamente).

  • IDENTIFICACIÓN DE COLORES

Objetivo a evaluar: El niño identifica los 4 colores fundamentales.

  • RELACIONES ESPACIALES

         Objetivo a evaluar: El niño conoce los conceptos espaciales encima, debajo, delante, al lado, detrás.

  • OPUESTOS

         Objetivo a evaluar: El niño expresa palabras de significado opuesto a otras dadas.

  • NECESIDADES BÁSICAS. CONOCIMIENTO SOCIAL.

         Objetivo a evaluar: El niño expresa verbalmente la solución de 4 problemas personales sencillos.

USO

  • EXPRESIÓN ESPONTÁNEA ANTE UNA LÁMINA

Objetivo a evaluar: Análisis del nivel funcional del lenguaje utilizado por el niño en situaciones muy habituales. El niño hace un relato.

  • EXPRESIÓN ESPONTÁNEA DURANTE UNA ACTIVIDAD MANIPULATIVA: ROMPECABEZAS.

Objetivo a evaluar: Estudio de conductas verbales comunicativas del niño ante una situación habitual de actividad manipulativa. El niño solicita información, pide ayuda o autorregula su acción verbalmente.

5 AÑOS

FORMA

  • FONOLOGÍA

Objetivo a evaluar: El niño pronuncia los fonemas correspondientes a su edad, en imitación diferida.

  • MORFOLOGÍA – SINTAXIS

    1. Repetición de frases.

                   Objetivo a evaluar: El niño tiene una estructura morfosintáctica de 7 u 8 elementos.

    1. Expresión verbal espontánea.

                   Objetivo a evaluar: Forma de expresarse el niño a partir de un estímulo visual.

CONTENIDO

  • CATEGORÍAS

         Objetivo a evaluar: El niño reconoce elementos como pertenecientes a una categoría dada. Se trata de ver si el alumno es capaz de agrupar los dibujos que se le presentan bajo una determinada categoría: alimentos, ropas y juguetes, y si los agrupa correctamente.

  • ACCIONES

Objetivo a evaluar: El niño nombra acciones sencillas.

  • PARTES DEL CUERPO

         Objetivo a evaluar: El niño identifica partes de su cuerpo menos usuales.

  • ÓRDENES SENCILLAS

         Objetivo a evaluar: El niño comprende y realiza órdenes sencillas.



  • DEFINICIÓN POR EL USO.

    1. Nivel comprensivo.

                  Objetivo a evaluar: El niño reconoce objetos y animales por su función.

    1. Nivel expresivo.

Objetivo a evaluar: El niño expresa la función de algunas partes del cuerpo.

USO

  • EXPRESIÓN ESPONTÁNEA ANTE UNA LÁMINA

Objetivo a evaluar: Análisis del nivel funcional del lenguaje utilizado por el niño en situaciones muy habituales. El niño hace un relato.

  • EXPRESIÓN ESPONTÁNEA DURANTE UNA ACTIVIDAD MANIPULATIVA: ROMPECABEZAS.

Objetivo a evaluar: Estudio de conductas verbales comunicativas del niño ante una situación habitual de actividad manipulativa. El niño solicita información, pide ayuda o autorregula su acción verbalmente.


5 AÑOS

FORMA

  • FONOLOGÍA

Objetivo a evaluar: El niño pronuncia los fonemas correspondientes a su edad, en imitación diferida.

  • MORFOLOGÍA – SINTAXIS

    1. Ítem 1.

                   Objetivo a evaluar: El niño usa oralmente el pronombre posesivo “la suya”.

    1. Ítem 2.

                   Objetivo a evaluar: El niño usa oralmente el pronombre personal “contigo”.

CONTENIDO

  • TERCIO EXCLUSO

Objetivo a evaluar: Se valora la formación de categorías a través del reconocimiento de un objeto que no pertenece al conjunto en el que se ha incluido.

  • CONTRARIOS

         Objetivo a evaluar: El niño produce correctamente los términos contrarios a unas palabras dadas.

  • CATEGORÍAS

         Objetivo a evaluar: Dentro de las categorías que el niño está adquiriendo a esta edad, se explora la capacidad que tiene de, dadas 3 de ellas (herramientas, vehículos y muebles), nombrar 2 elementos pertenecientes a cada categoría respectiva.

  • DEFINICIÓN DE PALABRAS

         Objetivo a evaluar: El niño define palabras (sustantivos, verbos y adjetivos).

USO

  • ABSURDOS DE CONTENIDO

Objetivo a evaluar: El niño reconoce en 2 frases un error básico de forma.

  • ABSURDOS DE FORMA.

Objetivo a evaluar: Estudio de conductas verbales comunicativas del niño ante una situación habitual de actividad manipulativa. El niño solicita información, pide ayuda o autorregula su acción verbalmente.

  • COMPRENSIÓN DE UNA METÁFORA

Objetivo a evaluar: El niño comprende e interpreta correctamente el significado de una metáfora sencilla.

  • ORDENAR Y RELATAR

         Objetivo a evaluar: El niño ordena una historieta de 3 secuencias y la narra correctamente superando la mera yuxtaposición de explicaciones.

  • COMPRENSIÓN Y ADAPTACIÓN

         Objetivo a evaluar: El niño resuelve verbalmente 3 situaciones que pueden darse en su vida cotidiana.

  • PLANIFICACIÓN

Objetivo a evaluar: El niño define planifica verbalmente un juego conocido.

Pedro Merchán Sánchez.